martes, 26 de octubre de 2010

MIRTHA PECHO



CASI ASESINO

No tuve fuerzas para aguantar
la puñalada de barro
que pretendías asestar
en este perpetuo cuerpo
que aun te desea
y te desea con obsesión
con pasión que no
fui capaz de expresar

sino por medio de furiosos besos
sobre una cama en un hotel de cuarta.

Te dije que somos así
tan distintos para amar
y tan iguales para fornicar
tan distintos somos tan distintos
que a lo rojo lo llamo blanco
y tú lo nombras negro
que a la sangre
la bautizo como solido,
y tu como vapor
que a la tinta
yo la llamo lágrima
y tú...
tinta, solo tinta.

Yo soy una esfinge
y tú una herida abierta
pretendo ser una chica lista
y tú un sabio erudito.
Juego a ser sociable
cuando tú eres encantador.
Yo soy presente vivido
y tú solo pasado morboso.
Puedo entender que la enemistad
puede ser una dimensión del amor
y que las escenas de amor
sean mudas e intensas
un desvanecimiento a las
profundidades de la inmovilidad.

Puedo entender tantas cosas
tantas cosas
como la puñalada
que pretendías asestar
en este perpetuo cuerpo
que aun...
que aun te desea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario